domingo, 7 de septiembre de 2008

Misión imposible: cambiar una bombilla sin morir en el intento



Hace unos años todo aquél que llevaba un coche tenía conocimientos de mecánica. Era una parte importante del hecho de saber conducir. Hoy en día, con un poco de suerte, podrás mirar el nivel del aceite de tu coche, pero no mucho más.

Los automóviles han cambiado, y en la actualidad son tan complejos que un sencillo cambio de bombillas se convierte en una odisea que, obviamente, pasa por el taller. Raro es el caso en que alguien pueda hacer ese cambio él solito. Incluso los manuales de instrucciones recomiendan que lo haga un mecánico.

Aun así, las normas siguen siendo las mismas, y no llevar un juego de bombillas de recambio supone una sanción de 92,86 euros, 65 si se pagan al momento. Lo ordena el anexo 12 del reglamento general de vehículos y la Guardia Civil aún lo manda cumplir.

La DGT asegura que se está estudiando cambiar la norma que exige llevar un juego de lámparas de repuesto. Tráfico no multa por circular con una bombilla fundida si el conductor demuestra que lleva el juego de recambio. Pero, ¿para qué sirve demostrar que lo llevas si no puedes ponerlo?

Así pues, si se funde una bombilla de mi Mégane (algo que ya ha sucedido alguna vez) tengo como opción sacar el gato, levantar el coche, desmontar la rueda, cambiar la bombilla y repetir la misma operación de montaje en orden inverso. La otra opción, es llevarlo a un taller, ir a hacer cuatro recados y en una hora y media pasar a recoger el coche. Me cobrarán 30 euros, eso sí, pero los pagaré muy a gusto.

En otras marcas empieza a ser habitual tener que desmontar el parachoques, retirar el filtro del aire, apartar la batería, desmontar la parte delantera del coche, extraer el depósito del limpiaparabrisas o del radiador o, directamente, desmontar todo el capó.

Otro factor que hay que tener en cuenta es que, en algunos casos, los coches utilizan luces de xenón o leds en lugar de la tradicional bombilla, y ese tipo de luces duran, prácticamente, lo mismo que el vehículo. Estas luces, las de xenón, sólo pueden ser manipuladas por personal especializado, puesto que reciben tensiones eléctricas de hasta 30.000 voltios. De todos modos, aunque yo lo intente, seguro que el coche no lleva las herramientas que necesito.

Y ahora, unos extras:
-instrucciones para cambiar la bombilla de un Smart, por gentileza de smarteros.com. Nueve páginas con fotografías a todo color.

-Y un vídeo del programa británico Fifth Gear en el que se observa por qué pagaría gustosa los 30 euros (el precio escandaloso que sale en el vídeo es sólo si pones los faros de xenón).



Más información en: El Periódico

Archivado en: Con el motor en marcha y Vídeos de segunda

1 comentarios:

Unknown dijo...

De nada por la ayuda.

Todo aquel que tenga un smart ya sabe por donde puede pasar.

Saludos,

smarteros.com