Comienza otra vez el año, esta vez según el calendario chino. El 6 de febrero se acabó el año del cerdo y empezó el de la rata. Tuvieron lugar una cena en la que el pescado simboliza la abundancia; la aleta de tiburón, la fuerza y el vigor; la carne de cerdo, la riqueza y la felicidad; los hongos, la longevidad; y un pasacalle en el que desfilan sus conocidos leones y dragones, y en el que se representa la leyenda de la lechuga y el león, y la danza del león y el dragón.
A las 5 de la tarde ha salido el pasacalle en la calle Trafalgar de Barcelona, y a continuación, en la calle Buenos Aires. Danzas milenarias para pedir buenas cosechas, ruidosos petardos que auguran suerte, pasacalles con dragones y cenas típicas en todas las casas. Una fecha que coincide con el inicio de la primavera para los chinos, que tiene lugar la segunda luna nueva después del solsticio de invierno. Es un momento de unión, de reconciliación, de empezar una vida mejor, de empezar un año nuevo, bajo un signo también nuevo.
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Avui (en catalán)
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